(...)
Todo sigue su ritmo natural
la mezcla del azar, la biología
y una pequeña parte de intención
que no sirvió de nada.
El polvo dice es tan fácil caer.
Y todas las partículas son una
hablan al mismo tiempo
como un coro de grillos
que en la noche imitan el silencio.
No tengas miedo, dice, no hay temor
alguno en el amor por eso el fuego
bendice lo que quema, la lluvia lo que inunda.
Y todo sigue su ritmo natural.
No hay historia ni hay hechos,
oxígeno convertido en fuego
materia en aire puro
permanente desenlace y salvo
los sauces inclinados sobre el río,
nada llora.

Paula Jimenez, Espacios naturales

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