el problema es justamente la esperanza,
y todavía pienso que podría ser todo distinto.
hago balances de fin de año
(la que se fue y ya no hay cómo llamar, ni cómo dejar de llamar;
la valija que pude deshacer
después de dos años;
el deja vu; el vaivén; los espejos.
me niego a decir
que los momentos más hermosos
hayan sido de películas o música.
me niego a decir que estuve sola
tratando de buscar dónde ponerme
todo el tiempo.
me niego a decirte lo que había en el mundo
después del fin del mundo,
que en todo el mundo no había más
que el fin del mundo, no lo voy a decir.
tengo esperanza).
todavía no sé
en qué se transforma
lo que se pierde.
de chica bailaba y cantaba a los gritos.
en qué parte eso en este tararear,
susurrar las mismas partes de memoria.
el ser sin rodeos, dónde.
querías vivir en una isla, sola,
"plenamente sola,"
pero la plenitud siempre fue algo diferente,
no se queda quieta,
vas a buscarla,
llegás tarde,
le pisás los talones,
quedás varado ahi.
tu vagón se suelta, estás en el centro
de un círculo en la tierra que dejó la carpa de un circo
que ahora estará llegando a otro país,
nadie supo bien qué nos pasó.
no podríamos decirlo, fue una sucesión de cosas.
el tiempo.
su trabajo, no el mío.
me desvelé a los 25, 20 años,
creo que no volví a descansar nunca.
ahora la sensación de desajuste
es más real, pero todavía podría ir a buscarla.
salir de nuevo, traslasierra,
esperar que amaine,
otra mudanza,
sembrar en el patio,
que la gata aprenda a cazar las perdices,
que las comamos juntas,
o dejar que me a toques
hasta erizarme
y volver a creer
que el futuro es algo que funciona,
inevitablemente,
entre tomar la mano que se estira
o seguir mirando la intemperie
como a la espera de una flauta que se toca sola
con el viento,
y que eso sea todo
-y también lo demás.
el milagro
acaso es una decisión,
no un darse cuenta.
tiro la monedas: "la verdad interior."
cuando abrí las manos no había nada.
no sé lo que quería yo
además de las ventanas,
que el viento me tocara como a un instrumento
de belleza.
cantar a los gritos.
"el deseo es la recarga de una huella
de una supuesta satisfacción original".
ya no sé
cuántas veces pedí disculpas.
todavía pienso en vos
como mi única casa,
pero no era de vos que quería irme.
quería soltarme como si bastara
para rebasar el límite que no se puede rebasar,
el mar parecía una cosa tibia y tan maravillosa,
pero también el mar era mentira.
qué vamos a hacer ahora.
no sé si hay cómo restaurarle lo real.
cuando pienso en volver
me refiero a volver a una circunstancia anterior
a que se empezaran a manchar todas las cosas.
ya no hay naturaleza virgen.
cada centímetro cúbico de aire,
de tierra, de agua, todavía
guarda la marca
de nuestra tosca huella.

*

tengo un poco de miedo esta noche.
quisiera ir a la plaza hasta que sea millonaria y llegar a casa
cuando no se caiga.
por favor, vení a ayudarme a arreglar esto,
las cosas
se rompen,
no hay vacaciones,
tenemos que vivir así,
y estoy dibujando
los peores paisajes,
y todos suenan ciertos.
me duermo en el patio,
sé que es ahora mas que nunca,
lo siento a lo largo y a lo ancho,
estoy muy amplia: podrías decirme qué hacer
con haber elegido justamente
lo que era irreparable?

la gata no contesta,
mira para abajo
como si detrás de la cornisa hubiera un río
que tenemos que vadear.
le cuento cuentos de terror
del agua, donde las cosas se pierden
para siempre.
le conté todo,
y aceptamos cómo son las cosas.

(tus hijos hubieran tenido unos ojos increíbles.
hubiéramos tenido un borde estable,
la manteca en el pan, los zapatos)
pero nos vimos perdidas
en el paisaje,
y ya estabámos lejos.
hay una fuente del miedo que es
como el principio de un incendio, y en el medio
también el miedo a la primera nieve,
y morir de frío en un agujero del agua.

la sensación es de: bueno, no te enojes,
nos metimos en problemas,
ya lloramos lo que habíamos perdido,
hicimos nuevos planes, volvimos,
ahora sabemos que el agujero
era demasiado.
podríamos estar otros 100 años así
en este impasse,
pero de un salto no llegamos a cruzar las grandes aguas.
no me digas que la dulzura del invierno,
que la fuente,
dejame contarte
que lo que llega te susurra cosas
de ese fondo
del que estamos asustados todo el tiempo.
es el río de noche.
lo que esconde el agua,
las cosas vivas que te rozan el cuerpo
y la corriente
te lleva.
el agua muerde.

no trata de entender, no tiene un plan,
no se está a salvo.

no importa.
caminamos sin mirar atrás,
enfrentamos a la cosa
y tenemos que creer
que eso que se mueve
es el espacio.
que hay lugar para nosotras,
después
de haber entrado
en el paisaje, alguien dijo
que el espacio es zambullirse
en el agua,

y sonó algo detrás.
y la articulación nos hace
humanos, con un gato,
en una casa. y lo oscuro donde duermen,
y me acuesto, y tiemblo,
y no puedo acostumbrarme.

empujame otra vez hasta la puerta,
mentime en las canciones,
vayámonos a conocer todos los ríos,
ya sé que no se llega al cielo de esta forma,
que es un momento de visiones
terribles, llenas de mentiras,
de verdad, es largo, quiero decir
por qué es tan largo: no estoy
y los libros
y los muertos
a veces entienden más que las personas.

lo dijimos otras veces,
“nuestro país
está siendo atacado”

el deseo

se congela en el centro,
en el pulso, no hay memoria.
tus manos reconocen algo
como la locura, como caminar en sueños por el agua.

se respira difícil, se choca con las cosas,
hay músculos inútiles. descansar. rodar.
escuché la canción antes de que terminara
el mundo, era linda.
después, al final, alguien se pierde.
sus señales de humo
llegan desde un fondo de agua en otros ojos,
es un viaje muy largo.
quedate conmigo.
atrás, en el patio, mirando la noche.
(tengo un poco de miedo esta noche)
por favor, no hagas preguntas.

2 comentarios:

A. dijo...

cuanta belleza!

yo también las monedas salir del puerto y darse cuenta que era tierra adentro
(a dónde más se puede ir sino
a tierra adentro)
yo también mi única casa y volver
querer volver
atrás más atrás
-mucho más atrás hasta donde no esté-
hasta donde nada pueda mancharme
de mí
de mi tosca huella


gracias gracias!

-> dijo...

gracias a vos, abrazo