Si no puedo bailar, no quiero ser parte de tu revolución

Estoy de pie como una de las defensoras de un movimiento mundial, un movimiento que busca liberar a la mujer del terrible yugo y la esclavitud del embarazo forzoso, un movimiento que reclama el derecho de cada niño a un buen nacimiento, un movimiento que introducirá en el mundo un nuevo tipo de maternidad.
Considero este movimiento tan importante y vital como para desafiar cualquier ley de los códigos legales. Creo que no aclarará sólo el debate sobre los contraceptivos, sino la libertad de expresión en la Vida, el Arte y el Trabajo. (...) Puede que me arresten, me procesen y me metan en la cárcel, pero nunca me callaré; nunca asentiré; nunca haré las paces con un sistema que degrada a la mujer a una mera incubadora y que se ceba con sus inocentes víctimas. Aquí y ahora declaro la guerra a este sistema y no descansaré hasta que sea liberado el camino para una libre maternidad y una saludable, alegre y feliz niñez.

Emma Goldmann, Los aspectos sociales del control de natalidad, abril 1916.

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