Cartas del yage

Me acosté y al cabo de una hora (en una choza de bambú afuera de su cabaña, donde cocina), empecé a ver o sentir lo que me pareció el Gran Ser, o algún sentido de Eso, que se aproximaba a mi mente con una gran vagina húmeda, me acosté en ella durante un rato, la única imagen que puedo identificar es la de un gran agujero negro de la Nariz-Dios a través del cual yo atisbaba un misterio, y el agujero negro rodeado por toda la creación, en especial, serpientes de colores, todo real. Su sentido era de tal manera real que me pareció ser de algún modo lo que esa imagen representaba.

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El maestro entonó una tierna letanía (y sopló humo de cigarrillo o de pipa sobre el borde de la taza) durante unos minutos antes, (una taza de hierro esmaltado, recuerdo tu taza de plástico), luego yo encendí un cigarrillo y eché una bocanada de humo sobre la taza y bebí. Vi una estrella fugaz —aerolito— antes de "irme" y una luna llena, y él me sirvió primero y luego me acosté esperando Dios sabe qué otras visiones placenteras y luego empecé a "elevarme" luego todo el maldito Cosmos enloqueció a mi alrededor, creo que lo más fuerte y lo peor que haya tenido.

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Cuando eso pasó me levanté y cogí el pedazo de tela que había llevado contra los mosquitos y me fui a casa a la luz de la luna con el gordo Ramón, quien dijo cuanto más uno se satura con ayahuasca más hondo se llega, se visita la luna, se ve a los muertos, a Dios, se ve a los Espíritus de los Árboles, etc. Casi no me animo a volver, temeroso de alguna locura real, un Universo Cambiado permanentemente cambiado, aunque creo que tendrá que cambiar para mi, algún día, mucho menos como antes fue planeado, ir río arriba seis horas para beber con una tribu india, supongo que iré, entre tanto aguardaré aquí otra semana en Pucallpa y tomaré algunas veces más con el mismo grupo… desearía saber si hay alguien con quien trabajar que sepa, si alguien sabe, quien soy o qué soy.

Allen Ginsberg

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