No me queda un papel, no me queda una carta, no me queda un libro, no me queda un reparo,
cómo admito en la edad tenernos de improviso de frente, cómo admito alquimistas.
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Agregaría, citando: on ne fait que bricoler dans l´inclurable, y no hubo más remedio que reír por segunda vez al mismo tiempo buscando una traducción adecuada que dudaba bastante en bricoler, y optaría por: no hacemos más que chapucear en lo incurable.
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En la primera esquina se lo dije, apoyando apenas una palma en su cabeza. Guardó compostura dedicándose a respirar hondo. También a mi llega a parecerme desmedido.
Correría a limpiar hasta la última escoria de cualquier porvenir.
Néstor Sánchez
Ley del tres
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