Esperemos aquí
donde las cosas sufren
la ausencia de sus nombres.
Esperemos aquí
donde las criaturas
no son buenas ni bellas,
ni preciosas ni creadas;
son la espuma,
resultado de ciegas
leyes de la naturaleza;
son como vapores que se elevan...
No es escritura el tiempo,
no hay un átomo aquí que signifique.
Esperemos aquí.
*
Espesor infinitesimal
de una piel
en torno al puro tiempo:
ni que fuera
fruto el vacío.
*
Rojo óxido el camino,
verde oscuro alredor
y la velocidad del viaje iba en un libro
de tapas amarillas.
Hoy no halla el hilo de sus pensamientos
si no es siguiendo el río
de ese preciso, exacto gusto a selva
entre los ruidos de la ciudad en la mañana.
La mente -se dice- tiene color.
Al del cielo no logra recordarlo.
Beatriz Vignoli
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